Una de las grandes ventajas del césped artificial es que requiere mucho menos mantenimiento que el césped natural. Aun así, seguir unas pautas básicas puede marcar la diferencia entre un jardín artificial que dura 3 años y otro que luce impecable durante más de una década.
1. Limpieza regular: el primer paso
Para mantener el césped artificial libre de suciedad y en buen estado visual, es recomendable barrer o soplar hojas, ramas y otros residuos al menos una vez por semana. Si tienes mascotas, conviene limpiar con agua y jabón neutro las zonas que usen con más frecuencia para evitar malos olores.
2. Cepillado de fibras
Con el tiempo, las fibras pueden aplanarse, especialmente en zonas de paso frecuente. Cepillar el césped en sentido contrario al uso, al menos una vez al mes, ayuda a mantener su aspecto natural y su textura. Utiliza un cepillo de cerdas duras o uno especial para césped artificial.
3. Control de malas hierbas
Aunque el césped artificial se instala generalmente sobre una malla antihierbas, con el paso del tiempo pueden aparecer brotes en los bordes. Puedes aplicar herbicidas puntualmente o retirar las hierbas manualmente.
4. Revisiones periódicas
Es aconsejable revisar cada seis meses las juntas, bordes y zonas de anclaje para comprobar que siguen firmes. Si detectas alguna elevación, puedes fijarla con adhesivo específico o clavos galvanizados según el tipo de instalación.
5. Evitar fuentes de calor
No coloques barbacoas, braseros o elementos que irradien calor directamente sobre el césped. Aunque muchos modelos soportan temperaturas elevadas, una exposición directa puede dañar las fibras o fundirlas.
Conclusión
El mantenimiento del césped artificial es sencillo, pero fundamental para garantizar que se mantenga limpio, seguro y estéticamente impecable. Siguiendo estas recomendaciones, disfrutarás de un espacio verde perfecto durante muchos años sin grandes esfuerzos.
